El domingo en Cibeles comenzaba con las pilas puestas. El grupo The Atlantis abría a golpe de batería la jornada dominical con las propuestas de Tontón Conella, la mater familis de TCN. Los sesenta se contonearon por la pasarela como si nunca se hubieran marchado al tiempo que el talle alto y las faldas trapecio presumían de inmortales con descaro. ¡Nos encantó!
Y tras ella llegó él. Con U de único. Adolfo. Siempre rodeado de amigos guapos. Allí había de todo y todo bueno: actores, presentadores, cantantes que acudieron a la apuesta segura de la moda española. No fue sólo la puesta en escena. No fue sólo el silencio inicial, no fue la violinista de después, no fueron The Doors a continuación. Fueron los 70, el azul, los cortes simétricos e insinuantes, los “pailettes” noctámbulos y el “voile” de seda. Todo mezclado pero no agitado. Touché Domínguez.
Y aunque la media jornada siempre se hace dura, la clausura del mediodía en Cibeles nos encandiló con el pestañeo inocente de la mujer Sita Murt. Vírgenes pero no suicidas; si no elegantes, limpias, puras y sin alter egos roñosos. La colección “Clorofila” desprendía savia verde por todo Cibeles. Y de ella bebimos todos.
Comimos, bebimos, fumamos, pero ya eran las cinco de la tarde y la cita era con un pareja genuina: Vittorio &Luchino. “Capricho natural” era el nombre y la jungla fue lo que llevaron a Cibeles: plumas, estampados, volantes y muchos excesos.
De pronto aparece ese señor serio pero vestido con una gracia desconcertante y no te cuadra. Y luego aparece ella y se entiende todo: ÁGATHA. Junto a su marido Pedro J. Ramírez posó cortésmente antes de comenzar su desfile, pero rauda desapareció por los bajos de aquella maraña de fotógrafos. Y es que tenía mucho que preparar. A mí me entraron ganas de coger la toalla y el turbante e irme a Ibiza. Colores vivos, formas inadmisibles y un broche final con una diseñadora envuelta en globos de fiesta. Porque eso es precisamente lo que monta en cada desfile. ¡¡¡Y Se agradece!!!
Foto: Javier Aramburu
Ocho de la tarde en Cibeles. ¿Y yo qué me pongo? Lemoniez atardeció con el domingo y nos propuso una mujer de la noche parisina de los 70 que se prepara para seducir como en el Le Palace francés de antaño. El retro oriental y la miscelánea de colores apagó la lámpara fluorescente de Cibeles con coquetería y ganas de irse a la cama…o a Le Palace, quién sabe.
Livia Mirón
Foto: Javier Aramburu
Hace 13 años
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